jueves, 11 de marzo de 2010

Limitemos el uso de los automóviles

A medida que aumenta el número de personas con el pode adquisitivo para hacerse merecedores de un automóvil, aumentan en forma proporcional el número de personas involucradas en accidentes viales cuyas conclusiones son en millares de ocasiones fatales para los que se van y mas para los que se quedan.

Aun si la legislación no solo permite, sino fomenta la adquisición de autos nuevos en detrimento de las futuras víctimas. Claro que es un absurdo fomentar tal prohibición, las pérdidas millonarias de esta industria son difícilmente sustituibles en aéreas fiscales y de empleo. Lo mejor después de todo son los cursos de cultura vial, aumentar la exigencia en los requisitos para la expedición de licencias de manejo y otras condiciones ya existentes pero por alguna razón (corrupción y costo político) no han sido impuestas.

A raíz de las nuevas, nuevas, nuevas estrategias para el rescate de la ciudad dentro del marco todos somos Juárez, se ha iniciado la cacería de negocios dedicados a la expedición de bebidas alcohólicas y de nuevo la reducción de horarios en restaurantes, bares y cantinas. Las razones: son que estos comercios fomentan la separación ciudadana, el rezago social, nuevos adictos y si, también el aumento en el número de ejecuciones, al menos eso dicen.

Calificar estos establecimientos como inmorales es calificar de manera proporcional la falta de moralidad de los habitantes de lugares turísticos como el de los habitantes del municipio de Benito Juárez al cual pertenece la ciudad de Cancún, cuyo horario es más amplio que el nuestro y en donde se pone de manifiesto que sus hipótesis son erróneas.

Los mitos irracionados que los puristas y políticos han tenido a bien sustentar como verdaderos en “busca” de soluciones prontas e ineficaces todas ellas, han ido restando días calendario y alejan cada vez más el día en que la recuperación comience. No es cierto que a menos horas menor cantidad de alcohol ingestada , pero si es cierto que solo aumentan las probabilidades de accidente al tener al mismo tiempo a todas las personas en las calles recién salidas de los bares.

Estas hipótesis solo han fomentado la corrupción y el clandestinaje. Pero si esta es la estrategia, limitemos los autos porque cada día existen mayores accidentes, limitemos la televisión porque cada aumenta el sedentarismo, limitemos los deportes porque las lesiones son cada vez mayores y limitemos a los políticos porque cada vez son más “prácticos”, y olvidemos que el problema es la educación y el consumo responsable.

Christian Gandara

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